sábado, 2 de enero de 2010

Sobre la meditación I

La meditación es:


Viajar sin salir de casa.

Es entrar y entrar cada vez más profundo en el ahora, en la presencia, en la sensación gozosa de simplemente ser.

Es permitir que las olas de la mente se aquieten suavemente para así poder reflejar de manera nítida el sol interior.

Es ser el cielo azul, infinito y eterno que desapegado contempla las nubes cuando aparecen, pasan y en su momento se disuelven para regresar a ser lo que nunca dejaron de ser.

Es disponernos a observar las creencias conscientes e inconscientes que generan sufrimiento, cuestionándolas, dejándo de alimentarlas para dejar de ser manejados por ellas.

Es un proceso gradual, es aprender a dar un paso atrás y ser el testigo que observa la ansiedad sin luchar contra ella, sin dejarse arrastrar por ella, sin reprimirla, y sin cristalizarla o manifestarla en prejuicios o acciones.

Es el arte de permitir que la vida se despliegue, es el arte de fluir con la vida en lugar de seguir luchando contra nosotros mismos.

Es ponernos en manos de Dios y permitirnos ser transformados.

Es aceptarme y aceptarnos sin juzgarnos (con todo lo que somos, incluido el juicio mismo), es darnos la bienvenida, recibirme y recibirte para vernos y escucharnos.

Es la progresiva relajación luego de una gran contracción.

Es descubrir el centro de paz interior, es ir al cielo interno y permitir que irradie y se extienda a todo aspecto de la vida impregnándolo todo con su sabiduría y amor.

Es dejar espacio para que la Esencia trascendente y plena que ya somos pueda florecer.

"El pasado es historia, el futuro aun no ha llegado, y el ahora es un regalo y por eso le dicen presente." Kung Fu Panda.

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